jueves, 8 de febrero de 2018

Vocabulario básico de "Réquiem por un campesino español"

algarero: festivo.
alba: otra pieza de ropa eclesiástica, que como su nombre indica es blanca.
casulla: túnica que usa el sacerdote para decir misa.
cotovía: variedad de alondra.
crisma: ungüento que se pone usa para ungir en bautizos, confirmaciones y ordenaciones de sacerdotes u obispos. Suele ponerse en la nuca, de ahí viene "romper la crisma a alguien" por "descalabrar".
culo de hanega: la hanega es una unidad de superficie, de unos ochocientos metros cuadrados.
de rondón: entrar sin pedir permiso ni llamar a la puerta.
dije: cualquier joya pequeña. Suele llamarse así a las pequeñas medallitas que cuelgan de pulseras o cadenas de reloj.
echar roncas: vociferar.
ensalmadora: hechicera, la que hace cosas por ensalmo.
escapulario: cinta que se pone en el cuello a modo de collar, normalmente con una imagen de algún santo o virgen que cuelga sobre el pecho.
glera: zona abundante en grava.
grimorio: libro de hechizos. Sarcásticamente se llama así a los libros litúrgicos.
ir envidao: envidar en los juegos de cartas es apostar. Figuradamente quieren decir que se encuentra en una situación en la que tiene mucho que perder.
llamar a capítulo: pedir explicaciones, echar una bronca.
malquistar: enemistar.
maula: mala pasada, engaño.
mozo mejor plantao: el que tiene mejor planta, mejor aspecto, el más atractivo.
noblezas: partes nobles, genitales.
¡oxiqué, me ca!: interjecciones propias de los arrieros.
pintar bastos: expresión proveniente de los juegos de cartas. Indica que el palo de bastos es el triunfo en esa partida. Figuradamente, quiere decir que se prevén o se están produciendo hechos violentos, como por ejemplo un golpe de estado.
pudiente: rico, que puede.
roquete: otra pieza de ropa eclesiástica, parecida a una camiseta de mangas muy anchas.
rosada: escarcha.
runrún: rumor.
salir de quintas: terminar el servicio militar.
saludadora: hechicera que supuestamente da salud.
santolio: santo óleo, aceite utilizado para dar la extremaunción.
saso: terreno pedregoso y seco.
sentirse: condolerse, apenarse.
soltera pero con la llave en la gatera: la gatera era un orificio que se hacía en la puerta o en la pared justo al lado de la puerta para que el gato de la casa pudiera entrar y salir. Algunas personas dejaban la llave de casa de forma que se pudiera alcanzar al meter la mano por ella. Una soltera que dejase la llave de casa allí invitaba a los hombres a que fueran a hacerle "visitas".
sin arrimo: sin pareja, sin nadie a quien arrimarse.
tempero: situación en la que la tierra está en mejor disposición para trabajarla o sembrarla.
tenerlos bien puestos: ser una persona de carácter firme.
trilla: una de las tareas del campo, en la que se machacaba la mies para que el grano se soltase de la paja. En ello se utilizaba un apero llamado trillo que consistía en una tabla con elementos cortantes en una cara arrastrado por una mula o caballo y sobre el que iba de pie una persona.
vinajeras: frascos en los que se contiene el vino de misa o, en la mesa, el aceite y vinagre para aliñar los platos.
zagal: en origen significa pastor, pero como casi todos los niños de las zonas rurales iban a pastorear antes de entrar en la adolescencia, pasó a ser sinónimo de jovencito.

jueves, 8 de marzo de 2012

Biografía de Ramón J. Sender (II)

En julio de 1936, al estallar la Guerra Civil, Sender se encontraba con su mujer y sus dos hijos (dos años y medio y la niña, de seis meses) veraneando en San Rafael, pueblo situado en la sierra del Guadarrama. Las tropas de Franco ocuparon esta zona y Ramón J. Sender decidió que su mujer e hijos se fueran a Zamora, con la familia de ella. Él pasó de noche las líneas del frente en medio de constantes peligros y se incorporó como soldado a una columna republicana que llegaba de Madrid.

En el mes de octubre su mujer fue ejecutada en Zamora; el 13 de agosto había sido fusilado su hermano Manuel, ex alcalde de Huesca. Al quedar sus hijos desamparados en la zona de Franco, ya en 1937, pasó a Francia y pudo sacarlos por medio de la Cruz Roja Internacional, reuniéndose con ellos en Bayona, dejándolos en Pau al cuidado de dos muchachas aragonesas.

Vuelve a Barcelona y pide que le envíen al frente de Aragón, al Segre, con las tropas de la CNT, pero los comunistas, por conflictos entre ellos y los sindicalistas, y desconfiando de Sender, no se lo permitieron. Consiguió, por esta época, viajar a Francia y estar dos meses con sus hijos. El gobierno republicano lo envió entonces a Estados Unidos a dar una serie de conferencias en Universidades y otros centros para presentar la causa de la República. Luego se le encargó la fundación en París de una revista de propaganda de guerra titulada La Voz de Madrid. Las dificultades en España continuaban, y los conflictos violentos dentro las facciones que se disputaban el poder llegaron a decepcionarle tanto que decidió salir de España.

A fines de 1938 pasó otra vez a Francia y ya no regresó. Estuvo viviendo en Orsay, cerca de París, de los derechos de autor que tenía depositados en el extranjero. Ofreció varias veces sus servicios a los comunistas, pero éstos lo rechazaron. Sólo cuando Barcelona cayó en poder de Franco le invitaron a regresar, pero viendo que España no tenía ya solución decidió marcharse con sus hijos a México.

En marzo de 1939 (la guerra acaba en abril) se embarca como tantos exiliados hacia México, en donde vivió hasta 1942, año en que se trasladó a Estados Unidos. En Estados Unidos se instaló en Santa Fe (Nuevo México) y al año siguiente se casó con Florence Hall. Continuó escribiendo con la misma intensidad de siempre, trabajando al mismo tiempo como profesor de literatura española en varias universidades (Denver, Colorado, Harvard, Amherst College)En 1946 obtuvo la nacionalidad estadounidense. Fue catedrático de Literatura Española en Albuquerque (Nuevo México) desde 1947 hasta 1963, combinando sus actividades allí con cursos de verano en otras universidades (Ohio, Puerto Rico, Washington, Michigan). En 1963 se divorcia de Florence Hall y va a la Universidad de San Diego(California).

Regresa a España para pasar largas temporadas en 1976, declarando la intención de volver de nuevo para fijar ya su residencia en el país. En 1980 solicita recuperar la nacionalidad española y sin renunciar a su nacionalidad estadounidense.
Muere en San Diego el 16 de enero de 1982.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Biografía de Ramón J. Sender (I)


Ramón J. Sender Garcés nació en Chalamera de Cinca (Huesca) el 3 de febrero de 1901. Su padre era secretario del ayuntamiento, y su madre, maestra de esta aldea. Un año después regresan a Alcolea de Cinca, pueblo del que procedían sus padres. En 1910 se trasladaron a Tauste (Zaragoza).

A los diez años (1911) comenzó el Bachillerato como alumno libre. Mosén Joaquín, capellán del convento de Santa Clara de Tauste dirigía sus estudios, teniendo luego que examinarse en el Instituto de Segunda Enseñanza de Zaragoza.

Marchó después a Reus, en donde continuó estos estudios en el colegio de los frailes de San Pedro Apóstol. Más tarde la familia se estableció en Zaragoza. Aquí estudió los cursos de 5º y 6º de Bachiller. Durante el año que cursaba 6º de Bachillerato hubo grandes desórdenes estudiantiles y le hicieron a él responsable, suspendiéndole todas las asignaturas, por lo que tuvo que ir a terminar el Bachiller a Alcañiz (Teruel), en donde trabajó como empleado de farmacia, porque se había peleado con su padre. Posteriormente la familia se traslada a Caspe (Zaragoza).

A los 17 años (1918), ya terminado el Bachiller, Ramón J. Sender se escapó de casa y se fue a Madrid. Solo y sin dinero pasó los mayores apuros de su vida hasta el punto de verse obligado a dormir en un banco del Parque del Retiro durante tres meses. Se lavaba en una fuente del parque y en las duchas del Ateneo, a donde iba diariamente a leer y escribir. Su carrera literaria comenzó en el Madrid de aquella difícil época, y antes de cumplir los 18 años. Escribió artículos y cuentos que logró publicar en varios periódicos (ElImparcialEl PaísEspaña NuevaLa Tribuna) en donde apareció su primer trabajo: un cuento titulado Las brujas del compromiso, firmado con seudónimo. Sin embargo, el dinero que ganaba apenas le alcanzaba para comer. Así que para dormir bajo techo tuvo que trabajar de dependiente en una farmacia, como antes lo había hecho en Alcañiz y Zaragoza

En la Universidad de Madrid se matriculó en la facultad de Filosofía y Letras: el ambiente académico le decepcionó pronto y decidió formarse por su cuenta leyendo vorazmente en las Bibliotecas y comprando libros cuando podía. Pero lo que a Ramón J. Sender le atraía verdaderamente era su vocación de escritor y las actividades revolucionarias con grupos de obreros anarquistas. Su padre, D. José Sender, fue a Madrid y obligó a su hijo a volver a casa, dado que este era menor de edad. Entonces, en Huesca, dedicó todas sus energías a la publicación de un periódico, La Tierra, diario que formaba parte de la Asociación de Labradores y Ganaderos del Alto Aragón. Como por su edad, 18 años, no podía ser oficialmente director, en este puesto figuraba el nombre de un abogado amigo suyo, aunque era el joven Ramón J. quien lo dirigía.

Al cumplir los 21 años (1922) tuvo que ingresar en el ejército. Intervino —como soldado, cabo, sargento, suboficial y alférez de complemento— en la Guerra de Marruecos durante los años 1922-24. Al regresar de Marruecos, ya libre del servicio militar, ingresó en la redacción de El Sol, el periódico quizá más prestigioso de España en aquellos tiempos. Escribía toda clase de artículos y corregía manuscritos y pruebas. En estas actividades periodísticas, de gran valor para su formación de escritor, trabajó desde 1924 a 1930. Por estas fechas, era un periodista altamente cotizado y sus novelas —especialmente Imán, basada en la guerra de Marruecos y que se tradujo a varias lenguas— se publicaban en grandes ediciones. Siguió colaborando con otros periódicos, tales como Solidaridad Obrera (de la CNT) y La Libertad. En 1927 estuvo en la cárcel Modelo de Madrid como consecuencia de sus actividades revolucionarias contra el régimen del General Primo de Rivera.

A fines de 1933 y principios de 1934 estuvo algunos meses en RusiaEn 1934 se casa con Amparo Barayón con quien tuvo dos hijos (Ramón y Andrea). En este periodo y hasta el estallido de la Guerra Civil Española (1936) se mostraba decepcionado por la falta de sentido de organización de los anarquistas y se aproximó, atraído primero y decepcionado después, a los comunistas, aunque nunca perteneció al partido. En 1935 obtiene el Premio Nacional de Literatura por su novela Mr. Witt en el cantón.

viernes, 8 de abril de 2016

CONCURSO LITERARIO


Bases del concurso literario 2015-2016
IES "Las Llamas”
  
   

1. Participantes
Pueden participar en el concurso literario todos los alumnos del IES “Las Llamas” que lo deseen (ESO, Bachillerato, Ciclos Formativos).
Para ello se establecen dos niveles de participación:  
§  Nivel I:       Alumnos de 1°, 2°, 3° de ESO.
§  Nivel II:      4° de ESO, Bachillerato y Ciclos Formativos.
2. Modalidades
Se convocan dos modalidades: Narrativa y Poesía.
3. Procedimiento de participación
a)      Los alumnos que deseen concursar podrán entregar sus trabajos en el Departamento de Lengua hasta el día viernes, 29 de abril.
b)     Los trabajos se presentarán escritos a ordenador y los autores guardarán copia de los mismos hasta que se haga público el fallo.
c)      De cada trabajo se entregarán en el Departamento de Lengua tres copias, todas ellas metidas en un sobre con un título o lema. Se indicará en el sobre la modalidad por la que se concursa (Narrativa o Poesía) y el nivel (Nivel I o Nivel II).
d)     Dentro del sobre grande, en otro sobre pequeño cerrado, figurará el nombre y apellidos del concursante, junto con su curso y grupo.
4. Fallo y jurado
§  El jurado estará formado por los profesores del Departamento de Lengua.
§  El fallo se hará público el jueves,5 de mayo.
5. Premios         
§  Cada modalidad y nivel tendrán un primer premio y un accésit.
o   Primer premio:     60 € en libros.
o   Accésit:                 45 € en libros.
§  El Jurado se reserva el derecho a declarar desierto cualquiera de los premios.


Santander, a 24 de marzo de 2016

viernes, 22 de mayo de 2015

"Capitalización de la enseñanza" por Rubén Sainz


La intención del escrito siguiente es realizar un análisis subjetivo sobre la enseñanza. Por tanto es que el desarrollo de dicho escrito y las ideas concebidas giran en torno al núcleo temático de una “enseñanza capitalizada”, especificándose lo contrario si fuera necesario en el cuerpo del propio escrito.
El escrito ha de ser imperiosamente de extensión reducida. El escrito, por tanto, es tan solo preciso en lo esencial, dejando de lado cuestiones secundarias aunque seguramente igual de relevantes. Por tanto, es casi inevitable que sea escueto en matizaciones e incluso de tono aforístico.
Qué es el conocimiento
El conocimiento no es el núcleo principal y por tanto primer motivo. El conocimiento ha de ser percibido como una herramienta entregada a un sistema. En términos financieros, el conocimiento (activo económico) se hace merecedor de inversión (horas) siempre y cuando este reparta beneficios (dividendos). Por tanto el conocimiento solo es merecedor de cultivo siempre y cuando tenga su correspondiente transcripción numérica. Además, de tal manera, el conocimiento es sometido a un juicio de valor que lo divide en válido o no válido, haciendo a este último tipo de conocimiento ilegítimo de inversión (sacrificio, tiempo).
En síntesis, podemos aclarar que la nota es el bien final al que se subordinan todas las acciones de un estudiante, siendo estas, por tanto, por siempre interesadas, y nunca con un compromiso completo con el simple conocer.
¿Cómo es el conocimiento?
El conocimiento, al no ser el principal núcleo de un sistema de educación, está adaptado al estudio mediante etiquetas, divisiones y criterios en muchas ocasiones, de muy dudosa fiabilidad y rigurosidad.
¿A quién sirve?
Las notas o los exámenes de manera inevitable consienten que el aprendizaje no tenga una repercusión directa en el individuo, en cuanto a su reconocimiento con él mismo y su entorno. Cierto es que el conocimiento sirve al estudiante, pero le sirve en tanto que sirve a un sistema en el que él está involucrado y por tanto, no a él de una manera directa.
El conocimiento del método
El siguiente tema es arduo y extenso, aunque fácilmente sintetizable. Dos son sus rasgos. Primero, al no ser el conocimiento el objetivo primero, este, aparece adaptado y etiquetado.
Segundo, el método son el conjunto de normas de aplicación de dicha información adaptada.
La enseñanza, no considerando el conocimiento como objetivo primero, lo considera una herramienta utilitaria, que se subordina al objetivo primero que es la calificación.
Por tanto decimos que el método es la correcta impresión de la información en virtud de la calificación. El conocimiento del método es el cultivado en la enseñanza capitalizada por servir al primer objetivo que es la calificación. El conocimiento del método no es el conocimiento como tal, sino la adaptación al bien primero y además, es el que sigue una serie de normas y pautas de impresión establecidas. Se adoctrina en cómo plasmar, y no en el qué plasmar; en cómo hacer uso de la información en virtud de la calificación.
Sobre los estudiantes – Medición de competencia
Las competencias de un alumno se toman en base a una sucesión de pruebas escritas a lo largo del año escolar. Dichas pruebas poseen varias características que también serían dignas de mención. Las más destacadas son dos: El conocimiento del método (ya explicado) y la ley de la productividad (en términos económicos).
La competencia de un alumno se basa en una sucesión de fotografías mal tomadas, que quedan injustamente inmortalizadas. Están “mal tomadas” en tanto que representan un conocimiento de un momento determinado. No obstante, el conocimiento del método legitima el olvido (no puede ser desarrollado aquí).
Sobre los estudiantes – La responsabilidad
El siguiente punto es arduo y extenso. La responsabilidad concebida en una educación capitalizada no tiene que ver con la autorresponsabilidad, basada en una elocuencia moral y de actuación propia de un sujeto. En vez de eso, el “muro” ya está construido, la idea de responsabilidad ya está tallada; tan solo respétalo.
El fundamento de una moral y de una identidad propia de cada persona se construye a través de actitudes desprestigiadas tales como el pensamiento. Por tanto la autorresponsabilidad es imposible en un sistema que, en palabras de Kant o de la ilustración, elimina el plano de actuación intelectual (la emancipación) de cada individuo, frustrando la creación de un código de actuación propio de cada persona.
Por tanto la verdadera responsabilidad consistirá en aceptar, respetar y trabajar el “muro” ya construido. Por tanto la verdadera responsabilidad consistirá la fundamentación de todas las actuaciones de un individuo en virtud del objetivo primero (notas, exámenes…).
Por tanto la verdadera responsabilidad de un individuo es la “no-responsabilidad”, que se basa en la aceptación o la sumisión ante lo establecido.
Destacar o señalar por último que la valoración capitalista de la enseñanza y la valoración de una enseñanza basada en el desarrollo personal fruto del cultivo del pensamiento o la ejercitación de la autocrítica, la autorresponsabilidad o el rigor moral, crean una situación necesariamente antagónica.
Señalar de nuevo, por último, que la imperiosa necesidad de realizar un escrito reducido, hace que se disipen o no se traten determinados aspectos interesantes de análisis y que por tanto, si algún curioso tuviera interés en leer una versión más extensa y detallada, incluso un tanto más literaria y más rigurosa y meticulosa, puede contactar conmigo a través del correo electrónico aquí facilitado: rubensainz6@gmail.com

jueves, 7 de mayo de 2015

Fallo del concurso literario 2014-15


Reunido el Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES “Las Llamas” en el día de la fecha, se acuerda hacer público el fallo del concurso literario correspondiente al curso 2014-15, resultando de la siguiente manera:
Primer nivel
Poesía
Desierto.
Narrativa
Primer premio:
“Un paso intermedio” de Diego Martínez Bermejo (3º ESO-A).
Accésit:
“Memorias de una castaña” de Soraya Fernández del Castillo (1º ESO-A).
Segundo nivel
Poesía
Primer premio:
“La montaña” de David Peña García (1º Bachillerato-B).
Accésit:
“Dulce locura” de Alejandro Recio López (1º Bachillerato-D).
Narrativa
Primer premio:
“Y el cuco rió el último” de Paula Desiré Valdor (4º ESO-B).
Accésit:
“A la caza del asesino” de Álvaro Toca Oteo (2º Bach-B).
En Santander, a 7 de mayo de 2015.

martes, 21 de abril de 2015

“Barbarie, guerra civil. Heridas de un pasado cercano” por Rubén Sainz

Si nos vemos en la situación de hablar sobre la barbarie humana, en el sangriento escenario y peor de los males para una nación como es el de la Guerra Civil, nos deberíamos preguntar, en virtud de realizar un trabajo riguroso, o simplemente de dirigir la buena conciencia, una cuestión tan elemental como primordial: ¿Qué es la barbarie en una guerra? ¿Realmente existe un criterio que clasifica lo bárbaro de lo no bárbaro? ¿No es, la Guerra Civil en sí misma, la mayor de las barbaries, y esta, la que encierra en sí misma atroces y singulares episodios?
Podemos encontrar la barbarie en distintos momentos, y la podemos encontrar de todos los colores, blanca, y también roja. El levantamiento contra una forma de gobierno legítimo como fue la ll Republica, dirigida por el bando sublevado en la Guerra Civil, es el principal argumento de quienes consideran que la mayor parte de la culpa sobre el conflicto nacional español, además de por supuesto la inmensa actividad criminal organizada del fascismo español, la tuvieron los posteriormente franquistas. Y este argumento, tiene peso. Y esto, es barbarie.
Pero hay otro tipo de barbarie. La barbarie de quienes la padecen en sus entrañas. Una barbarie donde la incriminación de la culpabilidad se disipa y se hace ambigua. Es aquí, donde La lucha de los ideales que no se disparan, se lleva a cabo entre las personas que los defienden y que sí disparan por ellos.

Aquí, en este plano tan singular y humano, lejos por un instante de la guerra y cerca, muy cerca, del de dos personas que se miran a los ojos antes de quitarse la vida, es difícil encontrar al verdadero instigador de las llamas de la discordia. Y además, resulta completamente irrelevante.
En esta barbarie hay seres humanos que matan a otros alimentados por los escombros de la venganza. No es aquí donde vamos a encontrar al culpable.

Aquí solo podemos cantar y conmemorar a las almas caídas.
Esta es la barbarie que recuerda con el dolor del olvido, que se acuerda de quien todos han olvidado; de quien nadie llegó a conocer. Esta es la barbarie de quienes no pudieron. La metralla de la que se despojaban las bombas cuando  estas descendían lenta y musicalmente para destrozar las historias que nos cuentan los muros, los árboles, las calles y las personas de una ciudad, se metió los cuerpos y corazones de las personas. Ni en los nacionales, ni en los republicanos.

No hará falta ni mencionar pues, que sucesos tan terroríficos despiertan en sus propios testigos el deseo de narrar y es que, como siempre en la historia, los grandes relatos lamentablemente han venido precedidos de los grandes desastres.  El repertorio de autores contemporáneos que eligieron relatar el mal nacional es tan extenso como peligrosamente coyunturado. Pedir a tus manos ardientes que escriban con el corazón de hielo; que olviden las arrugas y los cortes de la piel; a veces es complicado. Y además, a nadie le gusta. A nadie le gustaría racionalizar con el poder indiscutible del universal moral o racional las penurias que uno vivió o dejó de vivir.      
Quizás las almas ahogadas, errantes en un mundo donde no encajan, solamente anhelen desquitarse. Incluso no solo las ahogadas, también las convencidas.

Y así ha sucedido, cuando diversos autores han cultivado este tema de urgencia que oscila entre la crónica periodística con algún que otro tinte fantástico (aunque por desgracia, fielmente apoyado en hechos históricos verídicos).

Así, cuando la soberbia doblega a la mesura, y los temblores de la mano que sujetan la pluma y las lágrimas que caen en el papel relevan a la conciencia, España a hierro y fuego de Alfonso Carmín; Entre dos fuegos de Antonio Sánchez; Conspiración contra la república de Francisco Olaya, entre otros.

No es el caso de A Sangre y Fuego, la obra del escritor neutral. La obra del periodista por vocación. La obra, del hombre que supo arrancar la pluma de su mano cuando ésta temblaba airada, para volver a encontrarse con ella a la mañana siguiente, cuando ésta ahora dormía.

“Yo era eso que los sociólogos llaman un pequeñoburgués liberal, ciudadano de una república democrática y parlamentaria. Trabajador intelectual al servicio de la industria regida por una burguesía capitalista heredera inmediata de la aristocracia terrateniente, que en mi país había monopolizado tradicionalmente los medios de comunicación de cambio –como dicen los Marxistas-, ganaba mi pan y mi libertad confeccionando periódicos y escribiendo artículos, reportajes, biografías, cuentos y novelas, con los que me hacía la ilusión de avivar el espíritu de mis compatriotas y suscitar en ellos el interés por los grandes temas de nuestro tiempo. Cuando iba a Moscú y al regreso contaba que los obreros rusos viven mal y soportan una dictadura que se hacen la ilusión de ejercer, mi patrón me felicitaba y me daba cariñosas palmaditas en la espalda. Cuando regresaba de Roma ay aseguraba que el fascismo no ha aumentado en un gramo la ración de pan del italiano, mi patrón no se mostraba tan satisfecho de mi trabajo, ni creía que yo fuese realmente un buen escritor; pero a fin de cuentas, a costa de buenas y malas caras, de elogios y censuras, yo iba sacando adelante mi verdad de intelectual liberal, ciudadano de una república democrática y parlamentaria.”

El escritor que amaba España y que renegó de ella cuando supo que ya todo estaba sumido en la mezquindad. Cuando viendo que rusos bolcheviques y fascistas italianos y alemanes hacían uso del suelo español para cubrirlo con la sangre de sus gentes; algunas estúpidas, otras, crédulas; y cuando viendo que ya cualquier esfuerzo no serviría más que para avivar las llamas del desastre, se refugia en París, donde su repudio a la estupidez y a la crueldad –como él declara en su obra- le llevarán a retomar su vocación periodística.

“¿Por dónde empezó el contagio? Los caldos de cultivo de esta nueva peste, germinada en ese gran pudridero de Asia, nos la sirvieron los laboratorios de Moscú, Roma y Berlín, con las etiquetas de comunismo, fascismo o nacionalsocialismo, y el desapercibido hombre celtíbero los absorbió ávidamente. Después de tres siglos de barbecho, la tierra feraz de España hizo pavorosamente prolífica la semilla de la estupidez y la crueldad ancestrales.”

“Me expatrié cuando me convencí de que nada que no fuese ayudar a la guerra misma podía hacerse ya en España.   Caí, naturalmente, en un arrabal de París, que es donde caen todos los residuos de la humanidad que la monstruosa edificación de los estados totalitarios va dejando. Aquí, en este hotelito humilde de un arrabal parisiense, viven mal y esperan a morirse los más diversos especímenes de Europa: Popes rusos, judíos alemanes, revolucionarios italianos… No quiero sumarme a esta legión triste de los desarraigados, y aunque me sienta como una afrenta del ser español, me esfuerzo en mantener una ciudadanía española puramente espiritual, de la que ni blancos ni rojos puedan desposeerme.”

Y aun siendo muchas las citas que aquí deberíamos recoger, no serían suficientes. Es una de esas novelas que se leen, que se deben leer. Y que tal legado de prosa perfecta despierte nuestra sensibilidad a la muerte humana. Y que también despierte nuestro desapasionamiento, pues de lo contrario llegaremos al seguro error de interpretación histórica.         

Y considero arrogante hablar de lo que nunca conocí. Considero arrogante, tremendamente arrogante, aborrecer la muerte cuando nunca antes la acontecí. Pero supongo que las personas buenas, no sé si desde que nacen o desde que se marchitan; llevan consigo la medicina de la sensibilidad y la amabilidad. Y son estas por seguro las únicas medicinas que sanarán el contagio de la muerte. La única medicina que nos hará repudiar a Platón; clamando la existencia de los hombres y secundando las inteligibles y traidoras ideas. Bendita medicina.

Bendita arrogancia.