viernes, 17 de febrero de 2012

La soledad del ser humano, por María Fernández Tigeras


El motivo de elección de este tema es que, a mi modo de ver, será siempre actual e incitará a la reflexión sobre si verdaderamente nos encontramos solos a lo largo de nuestra vida. Es cuestionable que vivamos en sociedades donde la gente vela por la felicidad y bienestar de los demás. Quizá la hipocresía sea la causa de que parezca que los países desarrollados o simplemente algo superior a otro algo, intente ayudar al inferior y no aprovecharse de él sin preocupación alguna.
En El corazón de las tinieblas, podemos encontrar muchas menciones sobre este tópico. En particular, voy a citar la que me ha llamado más la atención: “Es imposible comunicar la sensación de vida de una época determinada de la propia existencia, lo que constituye su verdad, su sentido su sutil y penetrante esencia. Vivimos como soñamos, solos”. Esta idea ha sido principalmente la que me incitó a hablar de este tema.
Es cierto que muchas personas pueden no estar de acuerdo y alegar que todas las personas tienen a alguien con quien viven, comparten y experimentan su vida; sin embargo es cierto que el ser humano tiende a la soledad, pero de manera involuntaria. Un claro ejemplo es la idea de colonizar, la necesidad que desde tiempos inmemoriales, el hombre tiene de apoderarse de todo cuanto le sea posible, sin conformarse con poco y pasando por alto las vidas y necesidades de los demás. Un fragmento que lo refleja es: “Mi marfil, mi prometida, mi estación, mi río, mi…” El personaje de Kurtz, en la historia refleja este deseo de riqueza.
El pensamiento citado anteriormente es la conclusión de una idea absolutamente apta hoy en día. Puede que el motivo por el que las personas no se entiendan unas a otras es el simple hecho de que, cada una tiene su sueño y éste es imposible de transmitir de la misma manera que se siente, por lo que intentar conseguirlo es una misión meramente de cada individuo, sin la ayuda de ningún otro. Esto podría servir en ocasiones para justificar los actos de las personas en contra de las voluntades de otros. En el libro explica cómo al colonizar, los propios colonizadores se asombran de la tierra y la gente con la que han topado, pero aún así prosiguen con su ataque hacia ellos.
Finalmente la soledad se puede ver plasmada en la obra mediante el horror y miedo que están presentes continuamente. Estas sensaciones que experimenta Marlow, el personaje principal a excepción de Kurtz, son descritas detalladamente cuando el barco es atacado.
Mi conclusión es que, por un lado el ser humano piensa que tiene miedo a estar solo, pero en realidad actúa de manera completamente individualista. Es una contradicción que probablemente todo el mundo, sin darse cuenta, realiza. Deberíamos concienciarnos y pensar más en el menos avanzado, no para intentar mejorar aún más nuestra situación, sino para que él pueda mejorar la suya gracias a nuestra ayuda.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario